Luciérnagas robóticas, una manera de encontrar víctimas en una catástrofe

Por: Marcela Torres

La labor de rescate cuando ocurren tragedias, siempre suele ser de las actividades más complejas y peligrosas, tanto para las víctimas como para los rescatistas; en la actualidad la ciencia ha sacado de las escenas del romanticismo y la belleza natural el modo de facilitar y optimizar las labores de rescate en medio de un siniestro.

 

Las luciérnagas han estado en el imaginario romántico de los seres humanos desde tiempos inmemoriales, pero la ciencia busca adoptar sus cualidades para crear pequeñas réplicas robóticas que permitan mayor acceso y rastreabilidad cuando estén operando.

 

Estos diminutos robots hacen uso de la electroiluminacion como método de rastreo ya que su pequeño cuerpo les impide portar otros artefactos como sensores o antenas de comunicación.

Los investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), han dotado a estas luciérnagas robóticas con capacidad de brillar en diferentes colores, logrando así que envíen mensajes al batir las alas, haciendo uso de su incandescencia.

 

En el caso práctico de estos nano robots, podrían señalar el lugar exacto donde se encuentra una víctima y pedir ayuda, como lo plantea el equipo de ingenieros; estos robots han surgido como un gran reto para la ciencia, ya que cuando hablamos de robots de gran tamaño, estos pueden comunicarse con diferentes técnicas, mediante conexión Bluetooth, por Wifi, usar GPS y diferentes antenas y sensores. Pero si se reduce mucho el espacio, es importante mirar otras opciones que no agreguen más peso al diminuto equipo ni agoten la batería de la que disponen, la cual es muy reducida.

 

Los ingenieros del MIT han logrado seguir la huella de estas luciérnagas haciendo uso de las cámaras de los teléfonos inteligentes, lo que tiene una aplicación importante al aire libre, puesto que fuera del laboratorio las cámaras infrarrojas que se usan para la localización no funcionan bien, ya que el diminuto tamaño hace que las luciérnagas que carecen de sensores, se pierdan.

¿Cómo se desarrolló esta genial idea?

 

En un pequeño resumen, podemos decir que este robot rectangular de diminuto tamaño, tiene cuatro juegos de alas, las cuales están diseñadas para transportar su peso lo más lejos que les sea posible, su cuerpo tiene un peso aproximado a la cuarta parte de un centavo de dólar, esto con la finalidad de facilitar el movimiento de los músculos artificiales que mueven las alas.

 

Los apéndices están compuestos de capas de elastómero que se intercalan entre dos electrodos muy delgados y luego se enrollan en un cilindro blando. Al aplicar voltaje al actuador, los electrodos contraen el elastómero forzando al músculo a hacer un movimiento similar al aleteo de un insecto.

 

También los investigadores incorporaron partículas de sulfato de zinc electroluminiscentes en el elastómero, además de realizar una serie de modificaciones al diseño anterior para permitir que el robot brille con fuerza.

 

Cuenta con nanotubos de carbono que optimizan la potencia de voltaje; estos son transparentes para dejar pasar la luz, por lo que fue necesario adelgazarlos a solo unos pocos nanómetros de espesor. Por otro lado, era necesario dar con la forma de ofrecer una frecuencia alta para que las partículas de zinc se encendieran, sin agotar la batería del robot.

 

Luego de este proceso fue necesario engrosar la capa superior del elastómero unos pocos micrómetros donde aplicar definitivamente las partículas de zinc, pues estas reducían la calidad del actuador y llegaban a provocar descomposición con el tiempo. Una capa final más gruesa asegura una buena potencia, aunque se reduzca un poco y aumente ligeramente el peso (un 2,5%).

 

La capa superior recibe partículas de color verde, naranja y azul para crear luces multicolor. Aplicando diferentes máscaras se consigue crear formas luminosas que sirven, por ejemplo, para que se puedan leer las siglas MIT en el minúsculo robot.

 

Para el futuro cercano, el equipo se concentrará en incorporar señales de control para que los robots puedan encender y apagar su luz durante el vuelo. El objetivo último es que estos dispositivos se puedan comunicar de una forma similar a como lo hacen las luciérnagas reales.

 

Fuente: Infobae

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